jueves, 21 de abril de 2011

HISTORIA DEL EDIFICO DE LA UNCTAD

Por: Jorge Wong Leal
Uno de los grandes hitos del gobierno de la Unidad Popular, presidido por Salvador Allende, fue laconstrucción del Edificio Gabriela Mistral, que sirvió como sede la III Conferencia Mundial del Desarrollo, la UNCTAD III. Habiendo transcurrido pocos meses de iniciado el gobierno, con una plataforma programática socialista, acapara la atención mundial, porque por primera vez en la historia un movimiento político cultural y social de un innegable carácter revolucionario, obtenía la presidencia de la República mediante el sufragio universal.
Allende quería mostrar esta inédita experiencia a los ojos del mundo, de cómo los objetivos de mayor libertad, democracia, participación e igualdad social eran posibles en un gobierno de los trabajadores. Por este motivo solicita a las Naciones Unidas realizar en Chile la III Conferencia Mundial de Desarrollo (UNCTAD), que fue aceptada por esta organización mundial, colocando como condición que el país contará con una infraestructura que pudiera albergar a más de 2.000 delegados que asistirían a este evento internacional.
La infraestructura solicitada comprendía muchas oficinas de trabajo, varias salas masivas de reuniones, salas de traducción simultánea y cientos de teléfonos, circuitos de televisión, tecno - prevención, cocina, comedor estacionamientos, etc. En síntesis, se requería un recinto de aproximadamente50.000 m2 con la más avanzada tecnología de comunicación y confort. Obviamente esta infraestructura no existía en Chile, había que hacerla.
Salvador Allende solicitó al Colegio de Ingenieros que le informara de cuanto tiempo se requería para hacer este edificio. La misma solicitud se la hizo al colegio de Arquitectos- Ambas instituciones llegaron a la conclusión que se requería un lapso mínimo de dos años y medio. La búsqueda de un terreno apropiado, conformar un programa arquitectónico para convocar a concurso nacional de Anteproyecto y luego la realización del Proyecto y posteriormente convocar a una Licitación Pública para la ejecución de las obras, es un tiempo que excedía en demasía la fecha fijada para la realización de la III Conferencia Mundial de Desarrollo. Es comprensible la desazón experimentada por el Presidente, pero la decepción aún no anidaba en su espíritu. Semejante estado de ánimo me lo relataba el Canciller de la época, mi amigo Clodomiro Almeyda.
Convencido que los tiempos de los procesos habituales de la administración pública, pueden ser disminuidos con voluntad, compromiso y aprovechando al máximo las especiales atribuciones que la Ley otorgaba a la Corporación de Mejoramiento Urbano, solicité al Canciller que me prestara el programa exigido por las Naciones Unidas.
Conjuntamente con el arquitecto y profesor Sergio González Espinozarevisamos en mi domicilio el mencionado Programa, y al día siguiente nos reunimos con el arquitecto y Director de la CORMU Miguel Lawner, con el objetivo de revisar minuciosamente el Programa y las diversas posibilidades acerca de cómo enfrentar el desafío de construir este edificio.
Luego de un intercambio de opiniones, llegamos a la conclusión que aprovechando al máximo la gran mística existente en ese momento en los adherentes a la Unidad Popular, para materializar los objetivos programáticos de este gran movimiento y además lograr una eficiente coordinación los diversos servicios públicos y empresas productivas dependientes del Estado, estimamos era factible materializar lo que se estimaba imposible por ambos colegios profesionales.
Se nos ocurrió que para ganar tiempo, se podía aprovechar el inicio de la construcción de la Torre Nº 1 del Proyecto de la Remodelación San Borja como el espacio destinado a las oficinas y el resto de las dependencias del Programa -las salas de reuniones, cocina, comedor y estares, emplazarlas en una franja de terreno frente a esta torre, cuya mayor extensión era de propiedad de la llamada Sociedad Cormu - Alvo. El resto del terreno se podía expropiar rápidamente, mediante la expedita facultad que le otorgaba la Ley a la Corporación de Mejoramiento Urbano (Cormu), para estos efectos.
Con el objeto de obviar los procedimientos de Concurso Público de Proyecto de Arquitectura y de Licitación Pública para su construcción se decidió en contratar directamente a los arquitectos y demás profesionales necesarios para la ejecución de todos los proyectos y recurrir al procedimiento de la administración delegada para la construcción de los mismos.
La concepción central del proyecto de arquitectura es atribuible a Sergio González Espinoza, quien sostuvo que había que hacer una gran carpa y, al interior de ella, ubicar todo el programa de uso colectivo. Esta idea se traduce en que había que hacer una techumbre plana de estructura metálica apoyada en grandes pilares de hormigón armado. Mientras se construía esta estructura metálica en grandes talleres, se proyectaba y se construía simultáneamente en su interior el resto de los recintos consultados en el Programa. El aspecto formal de la arquitectura de este edificio obedece fundamentalmente a la necesidad de obtener el máximo de rapidez en la construcción; en efecto, la torre, la estructura de la techumbre y las salas de reuniones son estructuras separadas, lo que permitía que se pudiera diseñar y construir simultáneamente. .
Esta concepción arquitectónica y audaz estrategia, se la dimos a conocer de inmediato al Presidente, transmitiendo la necesidad de que él contribuyera con su investidura a proporcionar las condiciones administrativas que dependían exclusivamente de la Presidencia de la República, como por ejemplo, comunicar a todos los jefes de servicios y comunicar que el Proyecto UNCTAD III era de primera prioridad y acceder con la máxima rapidez y eficiencia a todo lo que le fuera demandado por la Corporación de Mejoramiento Urbano, para facilitar la construcción de este proyecto. Además, se instaló un teléfono directo de la Vicepresidencia de la CORMU con el Presidente Allende, con el objeto de mantenerle informado permanentemente de este proceso.
El Presidente, conformó una Comisión encargada de coordinar todas las acciones que se requerían para materializar esta gran iniciativa. La Comisión la conformaban Clodomiro Almeyda, encargado de las relaciones internacionales, Felipe Herrera Lane, Coordinador del Programa Económico, José Piñera (Padre de Sebastián) encargado de la relación con el Congreso Nacional para la obtención mediante una Ley el financiamiento del costo del edificio y la realización del evento. El suscrito quedó encargado de la materialización del proyecto de arquitectura, de los proyectos de especialidades y de las obras de construcción.
De esta forma, se daba comienzo al más audaz de los proyectos de arquitectura realizados por el Estado chileno, cuyo plazo de término no debía sobrepasar los 9 meses a partir de la primera reunión realizada con el Co. Presidente.
Se contrató directamente a los arquitectos: José Covacevic, Hugo Gaggiero, José Medina, Juan Echeñique y Sergio González Espinoza, siendo éste último coordinador de todos los profesionales y artistas que trabajaban en el proyecto.
Se contrató por la modalidad de Administración Delegada a la constructora BELFI S.A., encargada de la construcción de la Torre para las Oficinas Administrativas y a la constructora DESCO, para la construcción de la gran placa metálica, las salas de reuniones, estares, baños, cocina y comedor.
Se convocó a los artistas que querían prestar su colaboración para la materialización de esta gran obra, fue así como pintores, escultores, diseñadores del paisajeacudieron a esta magna convocatoria. Por primera vez en la historia, artistas de la talla de Roberto Matta, Marta Colvin, José Balmes, Roser Bru, Gracia Barrios, Juan Núñez, Martinez Bonatti, Bernal Ponce, Federico Asshler, Nemesio Antúnez, y las bordadoras de Isla Negra, con su gran capacidad creadora, contribuyen todos a enriquecer este gran esfuerzo nacional sin precedentes en el país.
En la construcción, se trabaja a tres turnos, se constituyó un comité de trabajadores con los cuales se dialogaba permanentemente para mantener una coordinación entre los obreros, técnicos, y profesionales con el objeto de resolver rápidamente cualquiera dificultad o problema que pudiera surgir en el desarrollo de todas las actividades de diseño, adquisiciones, abastecimiento, y construcción.
Para mantener y estimular el estado de ánimo del conjunto de los trabajadores, se debe destacar -sin lugar a dudas- las visitas que el Co. Presidente realizaba habitualmente a las obras en construcción antes de retirarse a su casa habitación.
Cuando se realizaron las actividades de los tradicionales "tijerales", el Compañero Presidente sugirió que esta tradición se realizara en plena Alameda y que los trabajadores de la construcción concurrieran con sus esposas e hijos. Durante esta actividad el tránsito por la Alameda fue interrumpido. Para dar más realce y trascendencia a esta fiesta, se solicitó la colaboración de varios artistas y conjuntos musicales comprometidos con la causa del gobierno de Allende.